miércoles, diciembre 21, 2005

Cuento: ¿De Donde?

Hacia un día espléndido y no resistía la tentación de salir a pasear al campo. En mi auto devoré varios kilómetros por la carretera federal y después por un camino de terracería. Después de haber recorrido unos ocho kilómetros me detuve y estacioné el auto debajo de un pirul, para que quedara en la sombra, y me dispuse a caminar.
Caminé no sé cuanto, el caso es que llegué a la rocosa falda de un cerro. Busqué un lugar sombreado para descansar y no acababa de acomodarme cuando ente unos arbustos descubrí la entrada a una cueva; en principio no le presté atención, pero luego la curiosidad me fue dominando y acabó por vencerme, así que saqué la lámpara que siempre llevo conmigo para casos de emergencia y me dispuse a entrar.
Aquella cueva parecía sacada de un cuento de Las mil y una noches; se conocía que durante muchos, muchos años, nadie había penetrado y que mi descubrimiento había sido casual, ya que tuve que quitar gran cantidad de yerbas y telarañas para poder entrar; cuando lo logré y me encontré adentro, me dediqué a explorar. El aire que ahí se respiraba era un aire con olor a siglos, con olor a tiempo.
Recorrí cuidadosamente la cavidad revisando todo minuciosamente. Mediría aquella cueva unos cuatro metros de fondo, tres de ancho por dos de altura, aproximadamente, y salvo dos o tres alimañas que aplasté, se encontraba vacía. Decepcionado de mi descubrimiento disponía a marcharme cuando encontré aquello; estaba semienterrado entre un montón de piedras y lo encontré debido a que la pluma fuente resbaló de mi bolsillo al agacharme para examinar el suelo. La pluma rodó hacia un rincón y al ir a recogerla me llamó la atención un objeto amarillento entre unas piedras; lo desenterré y desempolvé cuidadosamente. Era una especie de cuaderno de notas, ya amarillento por el paso del tiempo.
En principio supuse se trataba de un cuaderno de notas olvidado por algunos excursionistas, pero como la cueva se encontró oculta por no sé cuántos años - o siglos -, resultaba a fin de cuentas un descubrimiento bastante interesante. La deposité cuidadosamente en mi bolsillo y regresé al auto.
Una vez de regreso al auto, decidí quedarme lo que quedaba de la tarde revisando así mi descubrimiento. Noté inmediatamente que aquella libreta no era de papel, sino de una especie de plástico muy delgado pero enormemente resistente a la vez, algo que nunca en mi vida había visto. La escritura se encontraba un poco borrosa y aunque contenía ciertos términos raros que yo no conocía, se encontraba en un español bastante legible. La cubierta estaba completamente borrada pero en la primera página comenzaba:

Kuarta Boltta de 235/134
Hoy papá trajo los boletos para el gran viaje a Corrtac y como regalo por haber cumplido los diez kopros me van a llevar.

Por lo ahí expuesto supuse que se trataba de algo escrito por un niño. Intrigado por los términos traté de seguir leyendo ya que había palabras borrosas y otras cuyo significado desconocía:

Sexta Boltta 235/134
Mamá está preparando todo para el gran viaje, ya hizo las maletas. Hoy no salí a jugar con mi perrobot ya que reprobé en cálculo infinitesimal, que según el robot maestro es una materia importante y esencial en los primeros estudios, así que me castigaron y tampoco podré ver esta noche la trivisión.

Séptima Boltta de 235/134
Mañana saldremos al gran viaje. Yo estoy muy ilusionado, todos lo saben en la tecnoescuela y me tienen envidia.

Décima Boltta de 235/134
Ha pasado algo horrible. Hace tres Bolttas que salimos en el gran viaje, en el camino nos sorprendió una tormenta cósmica, los instrumentos del transvort se dañaron y nos hemos desviado muchísimo de la ruta. El transvort marcha sin control, no sabemos qué hacer, se cortó la comunicación y quién sabe a dónde iremos a parar. Escribo para tener menos miedo.

Octava Boltta de 236/134
Después de mucho tiempo de viajar sin control hemos caído en un curioso mundo que según papá apenas se encuentra en su primer ciclo de evolución.
El transvort cayó a gran velocidad y se estrelló estrepitosamente resultando heridos varios de los cuarentitrés pasajeros. Como no sabemos cuándo podremos salir de aquí sólo escribiré de vez en vez para que no se acabe el material.

Séptima Boltta de 305/134
Se me había olvidado escribir porque hemos estado ocupados en protegernos de las enormes bestias que nos acechan y que ya han devorado a cinco de nosotros. Hemos perdido la esperanza de poder salir algún día de aquí y tan sólo vamos a tratar de sobrevivir por puro instinto.

Tercera Boltta de 12/135
Los mayores tienen un aspecto chistoso: el pelo les ha crecido y se cubren con pieles de los animales que han logrado cazar ya que sus primeras ropas se acabaron.
Han muerto más de diez y sólo han nacido dos, la diferencia es clara.

Novena Boltta de 15/137
He crecido mucho en estos kopros. No había escrito porque no tenía grabador y hasta hace poco me encontré casualmente uno entre los restos del transvort.
Tengo poco que contar, pues esto parece ser una pesadilla; no tenemos ni la menor idea de cuál es el punto del universo en que nos encontramos.
Jamás podremos salir de este horripilante mundo donde nuestra vida se limita a encerrarnos en las cavernas y en salir unas cuantas horas a cazar para comer. La energía de nuestras armas se ha agotado y nos defendemos de las gigantescas bestias únicamente con piedras afiladas y palos.
No sé hasta cuándo pueda volver a escribir ya que nos iremos a otras cuevas pues los volcanes de la región han iniciado su erupción.

Interrumpí la lectura para poder ordenar mis ideas. ¡Aquello era sorprendente! Me pellizqué pero no estaba soñando. ¡Ante mis ojos tenía la prueba más extraordinaria del origen de la humanidad!
Después de poner en orden mis pensamientos volví a la lectura:

Kuarta Boltta de 185/195
Después de una interminable caminata que nos resultó sumamente penosa, encontramos unas cavernas bastante protegidas. En el trayecto murieron siete y nacieron tres.
Conocí a Virna y nos unimos. Escribo a la luz de una hoguera mientras espero que nazca mi primer hijo.
Nuestro aspecto se ha trasformado notablemente ya que los músculos se nos han ido desarrollando un tanto desproporcionadamente debido a los esfuerzos y al ejercicio. A los pequeños se les están desarrollando enormemente las quijadas debido a lo duro de la carne que comemos casi cruda. Es curiosa la forma en que el medio opera en nosotros.

Aquí hay varias páginas cuya lectura resulta prácticamente imposible por el paso de los siglos.

Décima Boltta de 14/300
No sé si la fecha sea exacta, tanto tiempo ha transcurrido que ya no llevo la cuenta, pero según calculo ya he de tener cerca de cincuenta kopros. Además, las circunvoluciones de este mundo son de diferente magnitud a las del nuestro.
Nuestro grupo ha aumentado notablemente ya que en la actualidad somos noventa de diecisiete que llegamos. Tuve diez hijos. Virna murió devorada por una bestia. Soy el único que se acuerda de escribir, pues por la falta de material nadie más ha aprendido y de los pocos viejos que quedamos, sólo yo me acuerdo, pues soy el único que tiene material y éste ya se está acabando. Debido a esto último, sólo esperaré que ocurra algo notable para anotarlo.
En este mundo todos los días son iguales. Es una constante lucha contra los elementos y los espantosos monstruos que lo pueblan.

Siguen varias páginas corroídas y sólo al final se puede leer:

Octava Boltta de ...
No pongo fecha ya que he perdido en absoluto la noción del tiempo. Soy el único que queda de los sobrevivientes del transvort, pues los demás se fueron muriendo poco a poco. Soy ya un anciano y deliberadamente guardé la última página para el día de mi muerte y ese día será hoy, pues mi nieto mayor, que es el jefe, ha ordenado ir a otras cuevas lejos de aquí. Yo no podré por estar viejo y enfermo, así que seré abandonado a mi suerte.
Las generaciones nuevas ya no entienden mis conceptos, pues han ido formando unos propios. Creen que este es su mundo, han nacido en él y se han adaptado, su aspecto es distinto al de sus antecesores, pues tienen la fuerza de cinco de ellos. Los conocimientos elementales se han ido perdiendo y todo vestigio de Boltta se borrará conmigo.
Es triste pensar que en algunas generaciones más se borrará todo vestigio de civilización. Recuerdo, vagamente, que cuando niño leí algo sobre unos hombres que quedaron abandonados en un planeta lejano, durante la gran lucha, igual que nosotros; sin embargo, recuerdo que a ellos los rescataron, en cambio de nosotros jamás se sabrá nada. Posiblemente, los que vendrán, con el transcurso de mucho tiempo logren formar un pueblo civilizado; pero si es que ocurre, será dentro de mucho, muchísimo tiempo.
Para ellos yo soy un extraño, pues no pueden comprenderlo ni aceptar lo que les digo. Y para mí, ellos ya no son mi pueblo. El único lazo con mi verdadero pueblo es esta libreta a punto de agotarse junto con mi vida. Escribo en ella en un desesperado grito de arraigo, tratando de sentirme ligado a algo que fue mío y de los míos y que ya nunca volverá a serlo.
Sé que nadie volverá a leer esta libreta y esto hace más penosa mi agonía. Sólo queda un renglón y un poco de grabador. Todos se han ido ya, y yo me dispongo a esperar mi muerte.

Eso fue lo que logré leer en aquel asombroso descubrimiento mío, pues algunas páginas ya estaban carcomidas y en otras la escritura ya estaba borrada por el paso del tiempo como lo he señalado antes.
Me quede como idiotizado en el auto hasta que anocheció.
Una vez en mi casa pasé la noche en vela pensando qué hacer con aquello, y fue entonces que se me ocurrió escribir este relato que será enviado junto con la libreta a las Naciones Unidas, con el objeto de que sea enterrada en la cápsula del tiempo, que será abierta hasta dentro de cien años, si es que la humanidad sobrevive a su propia estupidez, pues el hombre aún no está preparado para conocer su verdadero origen ya que esto traería el caos en todos los campos del pensamiento.
Somos tan absurdos que no soportaríamos el no ser los únicos en esta magnífica y divina maquinaria que es el universo. Somos como los niños que no soportan la idea de un hermano menor creyendo que les quitará su lugar. Como decía nuestro anónimo antecesor estelar: Para formar un pueblo civilizado se necesitará mucho, muchísimo tiempo.
Cuando acabé de escribir me dirigí a la terraza, había una hermosa noche estrellada, y me senté a fumar un cigarrillo. Mientras lo hacía me quedé viendo larga y detenidamente a las estrellas, y conforme mis ojos escrutaban el espacio, en mi mente se repetía una y otra vez la misma pregunta: ¿De dónde?♣

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